Según la Organización Mundial de la Salud, la nutrición es la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo. Una buena nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada con el ejercicio físico regular) es un elemento fundamental de la buena salud. En contraposición, una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental, y reducir la productividad.
Una alimentación variada, equilibrada y saludable estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios. Sin embargo, los principios básicos son comunes: Comer al menos 400 g de frutas y verduras al día; Reducir el consumo total de grasa.
¿cómo?
cocinar al vapor o hervir, en lugar de freír; ingerir productos lácteos descremados; carnes magras, o quitar la grasa visible de la carne; limitar el consumo de alimentos horneados o fritos; Reducir el consumo de sal y azúcares.
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